Es curioso, pero los grandes de Internet cada vez nos ponen más fácil llamar por teléfono. Parece que se han dado cuenta de que los seres humanos no queremos mandar mails, rellenar formularios ni similar. Que lo que nos pide el cuerpo es seguir utilizando una tecnología del siglo XIX, que se llama teléfono, y que nos facilita la vida.
Así pues, cuando buscas en Google una empresa, ya puedes ver su web o llamarles por teléfono. También contactar con ellos por mail o por un formulario, pero sobre todo llamar.
Esto lo permite Google, también Twitter y, desde hace poco, Facebook.
Hay un factor clave para que esta situación se produzca. Casi todos los usuarios tienen móvil, casi todos con tarifa de datos y tarifas planas que hacen que las llamadas de teléfono ya casi no cuesten dinero. Y si no, Whatsapp nos ofrece llamadas gratis (o Gmail o muchos otros).
Pero el atractivo de la llamada no reside en el precio. Se encuentra en otros factores. El usuario navega, surfea, busca información en Internet. Pero cuando ya se han decidido y quieren comprar, lo que más les apetece es descolgar y llamar. Y quizá, ser consciente de la posibilidad de insertar este fin de fiesta offline, en un proceso de ecommerce, puede ser la clave para conseguir un buen resultado. Preparar el canal para dar la información al usuario y atenderle personalmente para rematar el proceso.
Un estudio reciente, que ha publicado Invoca (el 2015 Call Intelligence Index), destaca en sus conclusiones que el 75% de las llamadas que se reciben en una empresa se producen desde un teléfono móvil. Y que la duración media de una llamada de teléfona que pretende realizar una compra es de 4 minutos y 7 seguntos (16 veces más larga que el tiempo que el usuario pasa en ‘tu’ site). Es decir, que cuando llama, se atreve a manifestar todas sus dudas, preguntas y reclamar aclaraciones, lo que termina por reforzar considerablemente su decisión de comrpa.
La conclusión para quienes trabajamos en el mundo digital, pasa por ser conscientes de la importancia que puede tener la combinación de mundos (on y off) para crear un canal de venta de productos eficiente.
Este post está inspirado en un texto publicado en Forbes por John Greathouse