
Soy digital. No nativo digital, pero llevo trabajando en entornos digitales, dirigiendo proyectos, casi dos décadas.
Dejé el mundo del periodismo después de diez años de trabajo como periodista, porque consideré que no había futuro por ahí, ni capacidad de desarrollar un plan de vida profesional satisfactorio.
Y ahora, en 2016, rompo una lanza a favor de los medios de comunicación tradicional. Y les auguro (a algunos), un gran futuro.
¿Me he vuelto loco? No. Pero después de 16 años fuera del mundillo periodístico, lo sigo echando de menos. Y después disfrutar de varios encuentros con directores de medios de comunicación en los últimos doce meses, me reafirmo en la idea de que, si quieren, pueden.
No estoy de acuerdo con todos los gurús del mundo digital que aseguran que el papel está muerto. Y tampoco con Gerard Piqué, jugador de fútbol del FC Barcelona, que dice que ahora los jugadores tienen muchísimo poder. «Podría no dar nunca más una entrevista y no pasaría nada» señala en una entrevista a la revista Panenka que recoge el diario AS.
No lo creo. Porque en este mundo (digital o analógico) hay medios propios, ganados y comprados. Y por mucho que tengas control total sobre unos, una estrategia correcta define que tengas un gran equilibrio entre los tres.. Y porque lo que tú digas de tí mismo no me sirve ni una cuarta parte de lo que dicen los demás.
Regresamos al tema: Digo que los medios de comunicación tradicional son el futuro -si ellos quieren- porque he conocido de primera mano los esfuerzos que están haciendo. Pero sobre todo porque creo que ahora mismo los medios de comunicación tradicional tienen dos cosas que son garantes del éxito si hacen bien las cosas: audiencia y reputación.
Audiencia
En este blog tratamos de explicar cómo el veloz avance tecnológico, los nuevos medios de comunicación social, y los nuevos hábitos de uso por parte de los consumidores, permiten a las empresas generar su propia audiencia. Y que esa audiencia potencial, ganada a base de hacer un buen trabajo durante un continuado periodo de tiempo, supone un arma reputacional de primer orden y un activo tan importante como cualquier otro de los que aparecen en un balance.
Pero los medios de comunicación ya tienen esa audiencia. Se la han ganado durante años, muchos años, de trabajo diario. Tienen millones de usuarios que han cambiado algunos hábitos, pero siguen siendo fieles a ‘sus’ medios de comunicación. Usuarios que igual ya no compran el periódico o encienden la tele. Pero consumen sus contenidos. Se pelean por el periódico en el bar, lo consultan a través de la web o les siguen en Facebook o Twitter. O que quizá escuchan el mismo programa de radio de siempre, pero ahora se lo descargan y a través de las plataformas de podcasting y así deciden cuándo empieza.
Respetemos esa capacidad. A los medios les ha cambiado el modelo de negocio. Tienen que aprender a monetizar en un mundo en el que parece que todo es gratis cuando se consulta por Internet. Pero tienen la mejor audiencia del mundo. Fiel y bien segmentada (ideologicamente, por temática en los medios deportivos o económicos, por área geográfica en los medios regionales, etc.).
Ya hace ocho años escuché a Pedro J. Ramírez, entonces director de El Mundo, decir que él no tenía un problema por la llegada del mundo digital. Que igual sí lo tenía aquel que poseyera una imprenta. Pero que ediciones de los periódicos iba a haber siempre. Hoy Pedro J. Ramírez se atreve con un medio digital propio. Capacidad tiene para hacer grandes cosas ¿no?.
Reputación
Si algo tiene un medio es reputación y marca. Y sobre esa marca se construyen mil historias. ¿Que ha cambiado el modelo de negocio? Los medios están buscando alternativas. Pero tienen toda la fuerza del mundo para hacerlo.
Presidir la delegación norte de Dircom me ha dado la oportunidad de formar parte de distintos desayunos de trabajo: con Bieito Rubido, director de ABC, Bingen Zupiria, entonces director de Deia, ahora Consejero de Cultura y política lingüística del Gobierno Vasco, Juan Carlos Martínez, director entonces de El Correo, Begoña Marañón, directora regional de Cadena SER en Euskadi y Andoni Aranburu, director de Estrategia y Comunicación en EiTB.
Estos encuentros resultaron enriquecedores por múltiples razones. Pero sobre todo porque me han permitido ir conociendo los esfuerzos de todos los medios, sin excepción, por acomodarse a la nueva realidad en la que les ha tocado vivir. Muchas de las iniciativas que he escuchado creo que nacen condenadas al fracaso. Pero muchas creo que van a ser un éxito absoluto.
He podido conocer la fantástica plataforma que suponen los medios como centro del branded content. Dicen que los banners y la publicidad ya no funcionan. Pero seguro que el branded content sí. Me encanta la experiencia de Vodafone en los medios de Prisa, por ejemplo. El Correo cobra por consultar sus contenidos en Internet. Y sobre la marca El Correo y otros medios, construyen eventos, jornadas de primer nivel mundial como el Fun&Serious game, etc.
Son esfuerzos continuos por aprovechar la marca para generar ingresos. Por los canales de siempre, pero sobre por explorar nuevas vías.
Sé que cualquier medio de comunicación que muestre un interés claro y continuo por encontrar su modelo, lo encontrará. Jeff Harvis ya nos avanzaba su visión a este respecto en un libro que he mencionado varias veces en este blog. A algunos directores de comunicación su visión le abruma… Yo creo que es muy acertada…
Un ejemplo
Ayer ocurrió algo que me refrendó en mi pensamiento. Mantengo desde hace casi 15 años una web que creé para dar cobertura a lo que pasa en Valpuesta, un pequeño pueblo de Burgos con poco más de una decena de habitantes. Quienes me conocen, lo saben de sobra.
Es un lugar con un gran interés cultural y natural que invito a visitar, como no, a todo el que lo desee.
Pues bien: un artículo publicado en El País provocó que más de veinte personas me avisaran de que se había publicado el artículo antes de las diez de la mañana. Las visitas a la web se multiplicaron por 1.500, y las menciones en Twitter superaron las 300.
Pero los números no son nada sin analizar los mensajes. Todo el que me avisaba me remarcaba la importancia que tenía un artículo en un medio como El País. La importancia para la web de un link publicado en un gran medio, etc.
Es decir, una reacción difícil (que no imposible) de conseguir a través de los nuevos medios.
3 respuestas
Brillante , sabia e inteligente reflexión, más viniendo de un experto volcado en lo digital y dominador de lo 2.0.
Una vez la persona q llevó la campaña de Obama en Europa me dijo q Obama era un presidente con base en las redes sociales. Añadió q sin ellas no habría sido presidente y fue clave el movimiento online …después de cada aparición en televisión..
Por mi trabajo con frecuencia aparece mi nombre en las redes. Pero solo cuando sale mi foto en los papeles o yo mismo en la tele mis vecinos me dicen q me han visto…
El mundo sin la globalización de las redes sociales sería otro, pero sin medios físicos… tal vez tendríamos q inventarlos..
Me ha encantado leer a Asier en su post.
Gracias, Alberto…
Sigues siendo un romántico. Y por raro que parezca, en esta ocasión no estoy muy de acuerdo. Para mi los medios -perdón por generalizar- están perdiendo credibilidad. Le doy credibilidad a las personas. Soy un lector de personas, no de medios. El canal? El que me sea más sencillo llegar a él. Hay momentos para todo, pero cada vez paso más tiempo delante de una pantalla de móvil, ordenador o tablet.